Soy
buscándome
expuesto inverosímil
en mujer que no va tentando,
ni aclara paso a paso las cómodas preguntas,
ni quiere alta voz con plus-fidelidad, ni desde ultratumbas.
Que para la paz, el enojo se marque febril, pero yo esté con voz queda y silente.
Y aun dándome risueña, se me tuerce en agravio y mueca
si no es clara tu verdad, tu mano, tu beso y tus ojos
escapan, y pliegos quedan en biombo japonés.
Y sentenciando entonces mi palabra
“Ne me quitte pas”
¡Mentira!
Es mejor que te vayas,
ya no serán las oscuras golondrinas,
no hay pereza supina que supere mi credo.
El albor ha llegado, cristal de seda límpido que me seduce,
ya llega la mañana y ahora, sí, juego con ella, no me interrumpe.
Soy sólo yo, líbera de inmediato, asustada de trayecto, pero de fácil remedio,
y que me quede el olvido en justa ambrosía y deidad,
para estar en alturas y así poder valorar,
que lo que se da, no se puede quitar.
Y lo que ya fue perdido,
con otras formas,
se recuperará.
Y en tiempo.
Razón.
Amor.
Amor, no,
ése justo, astuto,
hechizado que me habla.
Por hablar conmigo misma sin espejo,
por el ala aleve que me dio el influjo musical;
aunque el Hada Armonía no entiende de cuentos
ni sabe chino mandarín, es esquiva, no cata ritmo alguno,
es voraz, devora-caníbal, hecha de jirones mandatarios.
Me enjugo en vinos para tener palabras que me sequen la vergüenza.
Ya en Los raros, Rubén Darío, se ensalzaba en decir que los suspiros vienen,
como la fusta de Lou Andrea Salomé, y unos labios de otro que ya son míos.
Me habita la pasión del otro, el depósito filial de sentir la conmoción de una mutua pasión.
Hoy el destello serpentea la estela de muchos, de tantos, de pobres, de gente en su victimario,
perpleja, como el arco circunspecto que atávico te para y te deja ir en una única dirección,
espiral de vida agotadora, la miro helicoidalmente, y me da hélices con salsa fungí.
Su sueño no era volar, su sueño no era, se deja la com-pasión y al otro,
se sumerge el tiempo en lo divino, en lo arcano y disciplinado
en epopeya de tus ojos, tengo en mi voz el azul de tu mirada
y te tomo una foto en un retal de piel despojado,
en un lugar ponzoñoso de propio castigo.
Luego, dictaminaremos de foto ficción,
y recordarán la espuma-sol,
frenetismo a razón.
Se quedó,
Allí,
no sé decir,
cuántas mujeres
llegaban al altar de Quevedo
ni convidaban a su boca en envés,
perlas ya no son, desbocadas pues.
Si mañana sigo y puedo volver sin más,
ganancias tendré de perdidas vetustas batallas, hoy nuevas.
Llegará el nimbo y la luz remota, el salir de las aguas, PLACER,
placer que no se toca para desmenuzarlo ni para despedazarlo,
se queda sin más, es gran incrédulo del márketing,
se siente, es un átomo pretérito, no divisible
Está hecho de fe.
De lo dado,
de lo mío.
Me has emocionado. Hermoso, muy hermoso.Enhorabuena.
ResponderEliminarTe ha quedao Divino Ana Rosa
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