Tuve el placer de reunirme con algunas de las personas que han formado parte del Taller de Escritura Creativa para celebrar. Celebrar varias cosas: la llegada de la Navidad, los poco más de tres años de vida de este espacio conformado por apasionados de la literatura, pero sobre todo para celebrar los vínculos de amistad y fraternidad que se han ido estableciendo con el paso del tiempo.
Las personas que están suscritas al boletín de noticias recibieron, a principios o mediados de noviembre una invitación para comer y conversar. Recibí la respuesta de mucha gente, toda entusiasta. Desde aquí agradezco a los que enviaron felicitaciones y aprecio a través de los diversos medios de contacto y que desafortunadamente no pudieron acompañarnos. A quienes sí tuvimos la posibilidad de compartir esa maravillosa tarde del 19 de diciembre envío otro agradecimiento y un abrazo apretado y cálido (que no viene mal con el frío que atormenta ahora a Sevilla). Como lo prometí, aquí está la foto de recuerdo. Perdonar, por favor, la mala calidad de la imagen, así como la demora para publicarla. Que nos sirva a todos para conservar en la memoria una tarde espléndida de manjares italianos, historias varias y amor por la literatura.
De derecha a izquierda: Amanda Panella (escribe actualmente un drama amoroso que pinta para convertirse en novela corta); Cynthia (compañera guatemalteca que se encuentra de visita y decidió sumarse a la celebración, amiga de Raimundo Lión); Arturo Muñoz (quien casi concluye una novela titulada La casa del acantilado que narra las desventuras amorosas de una mujer "ingenua" de principios del siglo XIX); Manuel Martínez (columnista en un diario local de Carmona que escribe un libro de relatos unidos por el personaje protagonista: un tal Gumersindo que tiene mucha guasa); al fondo Margarita Ramírez (escribe un sensible relato intimista, de esos que enchinan el pellejo porque nos hacen reflexionar sobre la vida y la muerte); Agustín López Raya (un hombre-novela que ha demostrado en muy poco tiempo tener madera de narrador, madera de la buena, que escribe actualmente una historia autobiográfica que desarmará a más de un lector); Estela (una seguidora entusiasta que probablemente se nos una la temporada siguiente y quien amable se acercó a conocernos); un servidor, de quien no hace falta decir nada y finalmente Raimundo Lión (a quien mencioné antes sin decir que actualmente es alumno del curso intermedio dedicado a la práctica de los diferentes tipos de narrador, apasionado lector, atento alumno, autor atractivo que ha publicado en este blog textos francamente seductores y quien además nos agasajará próximamente, igual en este blog, con un texto sobre su experiencia en el TEC). A todos: gracias por compartir conmigo una tarde atípica de lluvia en la Sevilla que recibe ya el año 2014.
Israel Pintor
Diciembre, 2013 |
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