Porque
mira que pasan cosas raras, bueno, en general en tós laos pasan cosas, pero hay
que ser comprensibles, en un bar sí que pasan cosas. Hay que tener mucha
psicología. Parece que tó los días pasa lo mismo, pero pasan cosas a veces. Yo
tengo un bar en una esquina de la calle Castellar y allí pasa de tó, como en tós laos, pero lo de esta mañana sí
que ha sido raro. Voy a echarme un cacharrito antes de echar la cancela. Me
pica tó el cuerpo, siempre me pica pero como soy muy nervioso…y con esto de
hoy, ya pa qué.
Fíjate Churrilla, que es que así me llaman a mí por culpa de
mi hermano, nada más viniendo de mi casa, justo en la pequeña curva que hace la
calle desde donde se ve el cartel del Tuerto, que es mi bar, nada más verla en
la puerta, a esa hora que ella nunca está, que era antes de las siete de la
mañana y no tenían puesta en las calles ni las farolas ni ná, me olí yo algo
raro. Le digo qué pasa, Mara, y ella tó seria, hola, Churrilla. Pero no
Churrilla con el tono ese de… calienta pollas que pone ella, sino con tono tó
serio digo, como cuando ella me dice que me ve “taciturno”. La tía, más rara
que un piojo verde. Cuando le pregunté la primera vez qué carajo era eso de
“taciturno”, me dijo extendiendo su brazo que un tío que tuviera un pollón así.
El que estaba al lao, se echó a reír, el
Caragato, que está tó el día cuchicheando con Mara y fumando porritos, el
chavalito, pobre, que está pasando una mala racha… Pero vamos, que “taciturno”
significa serio. Joé qué me pica el
brazo. Me voy a echar otro cacharrito de esto, hombre, que me está sentando
bien.
Total, que la tía, que llevaba el chaquetón ese negro que no
se sabe si va con el pijama debajo, porque ella si encarta, se viene en
zapatillas desde su casa, que vive al lao. Un poco más abajo que yo, donde
vivía el Tello antes que ahora, vive ella. Pues allí. Y viene y ya se acaba la
paz. Sobre tó cuando viene tó los días a desayunar, que está sin un duro, y en
su casa no tendrá ná. Pues mira, ya me lo pagará, yo se lo digo que no se
preocupe joé que ya si eso cuando pueda, pero cuando esté bien que lleva una
rachita la pobrecita mía que pa qué. Pues eso, que ella llega aquí sobre las once
como muy pronto. Llega liándola, cómo se pone ella. La tía entra y dice, hoy me
la voy a comer entera. Y claro, tó los borrachos con el carajillo atragantao. Y
yo le pongo su buena tostá con su jamón, que le echo un montón más que a los
demás, su tomatito y su aceite. Viene con su portátil y se pone con sus cosas
esas del Facebook. Yo no tengo de eso. Bueno, pues después de llevarse dos
horas desayunando, se levanta y se va diciendo adiós, ya no vengo más pandilla
de borrachos. Saca la perra y vuelve al ná, y se pide una Coca cola. Y es que
yo creo que la Mara no quiere estar mucho tiempo en su casa. Como yo con mi
padre y el señor que lo cuida, que es de no sé qué iglesia y un coñazo porque
está to el día preguntándote cómo estás, tó pesao. Pa eso me quedo aquí con mi
cacharrito. Va a caer otro, Churrita,
venga.
Pues hoy la Mara estaba allí sobre las siete de la mañana con
unas ojeras, que vamos, que hay que ver lo que se ha demacrado la niña esta
este año. Tello y ella, los dos. Se les veía venir, que iban a acabar mal. Pero
lo de Tello ya es que es pasarse, pobrecito.
Total, que la Mara allí, descorro la cancela, entro. Ella estaba callá
mirando para abajo, llevaba una bolsa,
me la da. Olía a tó sus muertos la bolsa. No quise mirarla pero cantaba un
huevo. Tenía unos bollos de pan duro, algunos paquetes de Nobel vacíos y un montón de papel manchao de
sangre. Anda, tíramela, me dice la tía.
Mal año lleva la Mara, desde que el Tello y ella ya no están,
que no veas los dos. Se las tienen jurá el uno al otro. Aquí nadie se mete
porque terminamos escardaos. Porque el Tello, un día se le va la cabeza y la
lía, y la otra es carajote. Porque hay que ver con las hechuras que me ha venío
un montón de veces al bar. La vez esa con la cara echá abajo, compungía venía.
Y luego al rato venía el otro buscándola. Que el Tello es tó bueno, pero bebe
mu mal, mu mal beber, y to el día rayita pacá, rayita pallá…Anda que no la han
liao estos dos ni ná este año. Y luego las llanteras de la otra en el bar cada
vez que pasaba algo chungo, yo descompuestito, pa ná en verdad, porque luego se
les veía riéndose juntos, él con una mano escayolá o algo, de la bronca, y ella
con los ojos hinchados y algún moratón. Pero ellos pasando de tó. Aunque ya ni
se hablan.
Yo era amigo antes de él que de ella, pero a la Mara le tengo
yo mucha cosita, yo y los del bar. Hay que estar con ella. Qué hace esa niña en
su casa si no. Que también lleva una rachita, que si primero lo del Tello, que
se ha quedao cogía desde entonces, que si el curro al carajo, que si la casera
la va a echar. Tó los días un drama.
En el bar, algunos días le da el ramalazo y no veas, nos pone
a parir a tós por la puta cara, sin venir a cuento. Pero en el bar dicen que la
muchacha es que está un poco inestable. Y le dan tabaco, le dicen que coma,
porque es que no come ná. Mira, yo a cada uno lo ponía en una punta. Esos dos
no se pueden ni cruzar, fíjate el plan en el bar, cuando han coincidido.
Con lo que es la Mara, que nos tiene a tós firmes, y cuando
estamos tó a gusto en el bar viendo el fútbol la tía va y nos lo cambia y nos
esconde el mando. Aquí le tenemos mucho cariño. En verdad es tó buena, pero es
lo que dice esta gente, que está mu inestable. Se tendría que ir a casa de su
madre o algo, porque desde luego, está fatal. Dime tú qué hace aquí en Sevilla,
sin un duro, sin familia, con tó el marrón del Tello, que si la gente dice que
ella lo denunció, que si el otro más enganchao que nunca. Un plan. Aquí al
Tello se le quiere mucho en el barrio, tó el mundo dice que es tó enrollao,
pero cuando se le va se le va, y a la otra también. Además, tanto llorar,
nosotros compungíos, tó preocupaos y la tía que volvía con él una y otra vez.
Con éstos mejor no meterse que acaba uno más desbaratao que el follaero de un
gato. Pero a ella se le cruzan los cables a veces y nos echa en cara por qué
nadie le plantó cara al Tello, que si a una mujer cómo se le va a pegar, y
nosotros le decíamos que si volvía con él que qué quería que hiciéramos, y ella
que no, que qué pasaría si le pasara eso a una hija nuestra o una hermana. Yo
tengo hermana, hija no. Vamos, un marrón lo de estos dos.
Resulta que al rato de irse esta mañana ella, llega el
Gonzalo el del carro, que es de aquí del barrio de tó la vida. El tío tó el día
en su carrito, que si el Mercaíllo del Jueves, que si el de la Cartuja,…, y así
se busca la vida él. Vamos, yo de él he sacao la frase esa de ése tiene menos
luces que el carro del Gonzalo. Que parece un rumano el cabrón. Pues ná, llega
y me cuenta que hoy a las seis de la mañana o así, cuando él salía a buscar los
chismes suyos y sus cosas, vio a un colega del Tello, al calvo que va siempre
con él, con la cara desencajá.
Otro cacharrito, ya el último y cierro esto. Mañana por la
mañana barro y lo hago tó. Bueno, que na, que se encontró al calvo y le dijo
que había entrao en casa de Tello, que está más pallá de San Julián, y que se había encontrado al Tello en
el suelo inconsciente, desnudo de cintura para abajo, y sobre un enorme charco
de sangre. El calvo llamó corriendo al 061, al pobrecito casi le da algo. Y por
lo visto es que se la habían cortado.
Pero no en plan bestia, por lo visto me ha dicho el Gonzalo que había sido un
pequeño corte en la raya esa que nos une a los tíos el culo con los huevos, y
que claro eso era como si ya no tuviera picha. Una castración pero a lo fino,
aunque sangrara mucho. Que estaba tó drogao, y que no recordaba ná cuando el
colega logró despertarle. Que está en el hospital con la familia. Joé con lo
que siempre ha follao el Tello, que nunca la faltao ninguna. Aunque se le
junten muchas por come bolsas, pero la verdad que el chaval triúnfa.
Me quedé muerto con lo que me contó el Gonzalo.
Pues ná, que Mara me dio la bolsa pestosa esa para que la
tirara, yo no rechisté y la tiré en el cubo de la basura grande del cuartillo,
y ella se fue sin desayunar ni ná. Mejor será que saque la basura, qué le vamos
a hacer, como pa decirle que no a ella. Pues vale, saco la basura y cierro, ¿no
Churilla? Ea, pues vámonos pa la Alameda a
tomarnos algo.
Fuente: http://www.lagranfarsa.es |
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