Soy un ruido de repente.
Soy un kilómetro cero constante que no puede escribir contigo por la casa.
Soy dos semanas en un agujero que empieza en el Ambigú al mediodía y termina en el Utopía de madrugada.
Soy la concordancia entre el insomnio y la narcolepsia.
Soy la memoria que se me escurre entre los dedos,
una manifestación de hipocondríacos,
un ramadán secreto de culpas.
Soy ese miedo a vivir que detiene el tiempo para mirar.
Soy la campana sin lengua y el burka con labios,
la que no se atreve,
la imaginación cristalizada.
Soy las preguntas compulsivas,
la que se consume fumándose un cigarro,
la que sobra cuando llora
y la que ríe las sobras.
Soy el hilo perdido,
la que se disgrega en la calle
y se congrega con piel.
Soy la que duda
y dudando se salva.
Soy la que se hace invisible si te acercas mucho.
Soy la que no soy en cuanto pase este momento.
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