¿Hace cuánto tiempo piensas que deberías escribir un libro? Ya perdí la cuenta. No sé cuántos habrán sido los alumnos o aspirantes a alumnos que han pasado por mi blog, aula o correo electrónico para decirme que estarían encantados de escribir por fin esa historia a la que llevan dándole vueltas y vueltas. ¿Aún no conoces el Coaching Literario? Materializar tu proyecto creativo no es tan difícil como parece: requiere de entusiasmo, un poquito de compromiso pero sobre todo de deseo traducido en motivación.
Andy Warhol, uno de los artistas a los que cito en la cabecera de este blog, escribió que "no se trata de disciplina, sino de saber lo que quieres realmente." Y tú y yo sabemos que ese libro está queriendo salir desde lo más profundo de tu mente, quizá desde hace décadas. ¿A qué esperas? Avanza hacia esa meta. Conoce el método de entrenamiento y formación literaria que ha ayudado a muchos de mis alumnos a mejorar sus habilidades creativas y a materializar sus proyectos. ¿Tienes un par de horas libres próximamente? Sólo eso, no necesitas más para sumergirte por primera vez en estas aguas dulces. Piénsalo un momento... ¿Qué día, a qué hora de la siguiente semana puedo reservarme dos horas para dar una oportunidad a mi deseo?
Mientras lo piensas déjame contarte que hace poco leí un ensayo muy interesante sobre creatividad escrito por Elizabeth Gilbert, una autora de best sellers a la que he citado en este blog más de una vez. El libro original del libro es Big Magic, que sin duda es bastante más interesante que la traducción al castellano que hicieron para venderlo en España: Libera tu magia. Una vida creativa más allá del miedo. En este ensayo creativo Gilbert explica a su manera algunos aspectos sobre la creatividad y la vida creativa, entre los que me llamó la atención éste que voy a compartir ahora.
¿Alguna vez te ha pasado que pensaste una idea y tiempo después otra persona tiene esa misma idea? ¿Piensas que te han "robado" alguna gran idea en el trabajo, en el colegio o el instituto? Quizá tu respuesta sea afirmativa. Pues bien, regularmente las personas tenemos ideas todo el tiempo, pero no las convertimos en realidad, en materia tangible a través de cualquier medio. Simplemente las producimos en la mente y, con suerte, las archivamos en un recoveco que fácilmente podemos olvidar y luego recordar, años después. Gilbert explica que las ideas son una especie de ente que pulula y ronda por todo el universo. Esas ideas un día llegan hasta nosotros, que somos como antenas parabólicas que se alimentan de ellas. Las ideas saben que sólo a través de los seres humanos pueden hacerse realidad, pueden dejar de ser entes pululando por el universo para transformarse en materia y formar parte de nuestro mundo, de nuestra realidad.
Cuando una idea nos encuentra y la recibimos con entusiasmo, se queda con nosotros un tiempo. De ahí que estemos dándole vueltas a la cabeza durante días, semanas, meses o quizá años. Pero las ideas, como quieren hacerse realidad, terminan por cansarse de nosotros si no las transformamos en materia. Desilusionadas salen de nuestras mentes (lo que produce que las olvidemos) y se van en busca de otro ser humano receptivo, con la esperanza de hallar a ese que las haga realidad. ¿Crees que irá demasiado lejos esa idea? ¡No! O al menos eso cree Gilbert.
Las ideas han vagado mucho por el universo para encontrarnos, nos eligen. No cualquiera puede hacerlas realidad, sólo aquellas personas que son capaces. Y ellas saben qué personas son capaces de hacerlas realidad, aunque no dependa de la pobre idea que la capacidad del individuo se ponga en marcha. Por eso las ideas que nos abandonan terminan inoculando a otro ser humano capaz en cuanto pueden y... ¿por qué iban a buscarlo en otro país, en otra ciudad, en otra oficina o aula? Si encuentran un nuevo ser capaz: ¡toma! Inoculación segura. Si ese otro ser tuvo más deseo que tú, fue más apasionado y se comprometió más con esa hermosa idea que le invadió, no debería extrañarte que sientas que otros te roban las ideas. Quizá tú la has tenido primero, pero ¿qué has hecho con ella? ¡Nada!
Esta visión de Gilbert también explica cómo es posible que dos personas que no se conocen tengan la misma idea o ideas increíblemente similares, de manera simultánea y en partes diferentes del planeta. Sucede, está documentado. En esos casos Gilbert cree, y yo también, que el universo o eso que a mí me gusta llamar Dios, decide que ha llegado la hora de traer al mundo una idea que lo revolucionará de algunas forma. ¿No encuentras sentido en toda esa magia?
Es maravilloso, intrigante y motivador. Tus ideas, como las de muchas otras personas en la historia de la humanidad, pueden trascender el espacio y el tiempo. ¿Vas a dejarlas en el olvido? ¿Pondrás a prueba la paciencia de tus ideas? ¿Quieres que se vayan a buscar a otra persona que sí esté dispuesta a hacerlas realidad? ¿No? ¡Eso creí! Entonces... ¿qué día y a qué hora nos vemos la semana siguiente para tu primera clase gratis de Coaching Literario? ¿Ya lo sabes? ¡Bien! Ahora sólo tienes que decírmelo y te ayudaré a poner manos a la obra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario