Google+ Taller de Escritura Creativa de Israel Pintor en España: Alumnos

Alumnos

Mónica
"Agitateur y escritora de medio tiempo. Personaje real de ficción en el mundo. Un Mick Jagger en una serie de Gossip Girl." Mónica, también conocida como Miss Moka Chievous, vive en Sonora, México. Ha sido alumna del Curso Intermedio (Tipos de narrador) que imparto también en Skribalia.
De izquierda a derecha: Fernando Moya, Ignacio Madrigal, Israel Pintor, Irene Lannes, Rafael García, Inmaculada Reyes, Espe García, Elisa Jiménez. Grupo del Curso Intensivo de Iniciación impartido en la Fundación Valentín de Madariaga.
De izquierda a derecha: Fumiki, Enrique, Israel Pintor y Amparo. Curso Intensivo de Iniciación que impartí a finales de mayo, 2016. Ha sido un placer compartir dos fines de semana con gente tan creativa y talentosa. Ahí queda la foto del recuerdo.

Dulce María Ramón
"¿Y yo quién soy? Sólo por un instante no divago ni miento, a la mano que escribe sobre esa pregunta recurrente que hago todos los días ante el espejo." Dulce vive en México, ha sido alumna del Curso Intermedio (Tipos de narrador), a través de la Skribalia.


José Manuel Viera
Es alumno del Coaching Literario. Escribe sobre todo relatos pero según lo que evidencia esta foto de perfil, en breve dará el salto a la novela.

Maribel Permoy
Gregorio Piechoki

Manuel López
Moisés Gálvez Bermudo
Hayden Bergman
Es norteamericano, vive en Texas. Radica temporalmente en Sevilla donde estudia castellano y mejora sus habilidades de escritura y creación literaria. Amante de la escritura.

Curro Vallejo Osorno
Miembro de la Academia Iberoamericana de la Rábida.
"El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que jugamos." (William Shakespeare).
Sandra Fernández Jiménez
Janie Covarrubias Monsivais
Soy muy positiva, amigable, alegre, trabajadora, creativa, amorosa, feliz... y siempre tengo ánimos de aprender cosas nuevas. Me encanta viajar por el mundo. Me interesan los libros. :) Quiero escribir mi primer libro; es una meta que me propuse hace un par de años, pero no había tenido la oportunidad de emprender.


Inmaculada Gómez
Siempre me gustaron los libros, aunque nunca llegué a devorarlos. En mi trabajo utilizo permanentemente textos de otros. Nunca he escrito nada, aunque sé que tengo algo dentro que me impulsa a escribir. Quiero conocer a la comunicadora que se supone puedo ser. Este es un camino que se me abre, y no sé ni cómo, ni a dónde llegaré. No tengo formación específicamente literaria. Soy licenciada en Bellas Artes.

Javier Portillo Valencia
(Está sacado de mi diario personal, pero creo que viene muy bien al caso.) Dialéctica del espíritu: Ahora lo veo: todo lo que he escrito es una voz que nace del fracaso. Lo siento muy profundamente. Es muy sencillo. Toda mi creatividad, todo mi ingenio, todo lo que una vez pude escribir nace del choque entre lo que es el mundo y lo que quiero. Ya he escrito acerca de esto, pero me da igual. Lo siento en lo más íntimo de mí, ahora mismo, y por ello adquiere su valor y su dignidad, y por ello merece ser escrito. Decía, en fin, que mi literatura nace del fracaso. Del fracaso, ¿de qué? De no haber sido capaz de vivir. Una vez escribí, en unas páginas más arriba, que la mayor de las torpezas que puede sufrir una persona es la de no saber vivir. Yo digo que encarno esa torpeza y que las palabras que alguna vez salieron de mí son el intento de mantener un equilibrio en medio de este mundo y de mantener la serenidad. Las palabras son mis piernas y mi colchón. Si escribo es porque el mundo no es capaz de satisfacerme y por ello recurro a lo único que no pertenece al mundo: la imaginación. Mi vida consiste en una continua oscilación entre dos polos opuestos e irreconciliables. Hay momentos preciosos, momentos en los que me entrego a las texturas, los aromas y lo sabores del mundo, me mantengo en una plácida armonía en medio de él y todo fluye con una deliciosa serenidad. En esos momentos soy feliz y, por ser feliz, ocurren pocas cosas. En una palabra, vivo. Hay también otros momentos más oscuros. Son momentos en los que me echo a mí mismo de menos, en los que me paro a pensar en el lugar en el que estoy y en lo que he hecho. Entonces, descubro algo insoportable: no hay nada. No hay nada porque he vivido. En esos momentos, no reconozco mi rostro, ni mis manos y, si quiero recordar lo que hice ayer, no puedo: todo está vacío. Esos momentos, entonces, son de 128 recogimiento personal en los que trato de encontrarme a mí mismo. Me busco entre aquellas texturas, aquellos aromas y aquellos sabores que en su momento me parecieron hermosos; los toco, los huelo, los saboreo y, ahora, me espantan. No los quiero; los detesto. ¿Dónde estoy yo? ¿En qué momento me perdí? Es de esta necesidad de encontrarme conmigo mismo de donde nace la literatura. Es la necesidad vital de decir una palabra propia para volver a situarme en medio del mundo, para reconocerme en él y decir: «¡Ah, sí! ¡Yo! ¡Nunca he dejado de estar aquí!». Y de nuevo de vuelta a la vida, a ese péndulo que no deja de oscilar entre dos extremos opuestos, irreconciliables, hermosos y necesarios. Creo que esta dialéctica se aprecia en mis relatos. Un amigo me dijo una vez que no hay una temática común en mis textos pero yo digo que es esto lo que reflejan la mayor parte de ellos. Mis relatos hablan de mí mismo. Mejor, de ese roce incómodo entre una persona que vive en medio de un mundo con el que no termina nunca de reconciliarse.


José Antonio Borrero Cumplido
He realizado varios talleres de escritura en los últimos años. Casi todos de escritura creativa con la finalidad práctica de la elaboración de relatos. En uno de ellos realicé una novela corta. He autopublicado un libro de relatos y la novela corta, y diversas organizaciones publicaron un libro de relatos de viajes que realicé. No escribo desde hace dos años y me gustaría volver a arrancar con alguna de las ideas que tengo, con la intención de escribir una novela corta.



Mi niñez fue algo atípica, ya que en mi casa a veces faltaba de comer, pero en cambio teníamos una biblioteca cuasi alejandrina. También teníamos una madre que, además de elevar diariamente unas papas sin ná a la categoría de sublimes, de vez en cuando cogía la pluma y escribía unos sonetos que ríete tú de Lope. En estas circunstancias, no es de extrañar que cuando fuera yo al colegio ya supiera leer y escribir de corrido, siendo este el único rasgo de aventajamiento  literario que se ha podido detectar en mí.
Por lo demás, el resto de mi biografía no contiene trazas que hagan suponer que vaya a ocupar un puesto prominente en la literatura universal de todos los tiempos. Si acaso mi ineludible óbito, (si discurre como he fantaseado sobre ello más de cuatro veces), puede proyectar sobre mi futura obra póstuma un cierto tinte dramático: me he visualizado tanto muriéndome a chorros por las calles debido a la llaga gloriosa del amor triunfante, como muriéndome a chorros por las calles debido a la infame puñalada del desamor aleve.
En cualquier caso, en mi funeral, si no se llora por la pérdida de una gran escritora, estoy segura de que mis allegados protagonizarán episodios de dolor y arrepentimiento por no haberme adorado con locura, como yo bien merecía, cuando aún estaban a tiempo.
Escribo, aunque no mucho ni muy bien. Soy Sevillana y nací el siglo pasado. Aún no he descubierto la fuerza de mi energía creadora (y como no espabile me quedo sin descubrirla), pero trabajo en ello.



Jaime Castro
"Es un joven narrador, novelista. Entró al Curso Avanzado del TEC para perfeccionar la novela que escribió para sacarse el Máster en Escritura Creativa de la US. Su prosa guarda similitudes con la de autores norteamericanos. A través de su novela, Jaime aborda temas como la vocación literaria, el amor y las dificultades que los jóvenes enfrentan para abrirse espacio en el campo laboral. Realmente espero que el trabajo de este escritor novel se conozca pronto. Mola." Israel Pintor.

Margarita Ramírez
"Tiene un gran interés por la narrativa. Escribe relatos cortos y un proyecto de novela autobiográfica que trabajó durante su participación en el Curso Avanzado del TEC. En el curso destacó por su entusiasmo y entrega, por su curiosidad ante el descubrimiento de la técnica narrativa." Israel Pintor.


Daniela G. Chaveli
"Participó en un taller lúdico del Curso de Iniciación del TEC. Allí escribió algunos relatos cortos inspirados en el azar y la locura. Es una mujer altamente creativa y alegre. Lectora voraz, amante de los libros y las tertulias." Israel Pintor.


Alejandro Torrado
"Es narrador, aunque tiene una formación profesional en ciencias. Entró al Curso Avanzado del TEC donde puso a prueba una de sus obras: una novela bastante apocalíptica de zombies. Estoy seguro de que un día lo vamos a pasar todos muy bien leyendo a conociendo la obra de este joven narrador." Israel Pintor.


Arturo Muñoz
"Lector empedernido. Escribe una novela romántica inspirada en ese tipo de amor-pasión que a todos nos pone los nervios de punta y nos hace suspirar. Ha realizado varias veces el Curso Avanzado del TEC, y un par de veces el Coaching Literario, donde se ha dedicado intensamente a revisar y reescribir su novela." Israel Pintor.

"Ganador del segundo concurso para entrar gratis al TEC. Es poseedor de una retórica nutrida, de un estilo joven, directo. Actualmente trabaja en la escritura de una novela de corte fantástico que, definitivamente, consiguió sembrarme curiosidad y hacerlo destacar entre los otro participantes del concurso; las ganas y predisposición de Prada por continuar su formación en el terreno de la escritura creativa supieron convencerme. Eso y que el muchacho demostró, con cada letra escrita, que lleva la vocación de narrador en las venas: no se la escapado ni una sola tilde, ni un punto, ni una coma. Vamos, que se toma en serio su trabajo: así da gusto." Israel Pintor.

Agustín López Raya
"Es periodista y empresario. Escribe desde hace poco más de un año su primera novela: El atardecer sin mí, una historia de supervivencia que merece la pena conocer. Ha trabajado muchos años en Canal Sur TV, es papá de Darío y Abril, dos chiquillos encantadores, y marido de Silvia, una mujer de letras bastante guapa y atenta. Agustín entró al TEC a través del Coaching literario, donde construyó y diseñó la historia con la que escribe ahora su novela. Es un hombre recto, apasionado y sensible. Disciplinado como pocos. Uno de mis alumnos más aplicados, sin duda." Israel Pintor.


Arroyito Ferdinand
"Este perfil lo monta el coordinador del TEC, a nombre del autor, que es demasiado modesto para presentarse a sí mismo. Resulta que éste hombre que me acompaña en la foto (yo soy el de las gafas), se ha convertido en un amigo querido y, con el paso de los años, en un gran narrador que espero poder dar a conocer tarde o temprano. Ahora mismo escribe unos cuentos muy chingones en el curso intermedio, donde reconoce y practica las diversas técnicas narrativas. Sus textos, se los aseguro, son de gran calidad, tanta como la calidad humana que lo caracteriza. Desde hace un tiempo Arroyito Ferdinand y yo somos también tertulianos de BlaBlaCar. No paramos de hablar en horas. Imposible no quererlo y admirarlo." Israel Pintor.

Noemí Vallecillos
Nacida en el vértice de Äfrica, en 1977. Durante muchos años es incubada en una pecera como pianista hasta que un cayuco de ambición la transporta a Sevilla. Entre las paredes de la antigua fábrica de tabacos estudia sin ninguna seriedad Filología Hispánica, y tras un largo periodo de catatonia vital decide escribir rápido para no morirse temprano. Vendedora a puerta fría, sincericida arrepentida, mariposa vocacional, incesantemente mascarada, nace y muere muchas veces al día y vive custodiada por el insomnio, juega cada noche frente al teclado alado a ser el demiurgo de su propia vida.

Guillermo Robledo Gómez
"Escribe un libro de cuentos que podría terminar siendo también una novela. La literatura y la psicología son dos  de sus grandes pasiones, las intenta fusionar a través de este, su primer ejercicio de creación narrativa. Ha realizado un ciclo de Coaching Literario con gran entusiasmo, durante el que ha construido las bases de su proyecto." Israel Pintor.

Hay una voz dentro de cada uno de nosotros que trata de guiarnos a través de este mundo que nos ha tocado vivir. Si uno logra escucharla, es posible alcanzar la felicidad, porque todas las decisiones tomadas, sean mejores o peores, serán correctas. Esa misma voz me ha estado gritando los últimos meses para que me tome en serio esto de escribir, porque me conoce mejor que nadie, y sabe que nos hace falta algo así. Me he divertido mucho perdiéndome en las páginas de cientos de libros, disfrutando con las ideas de otros, con sus historias... Y creo que ha llegado el momento de crear las mías, para que algún día otra persona pueda emocionarse y disfrutar con ellas. Soy autor del ensayo Guía secreta. Escocia misteriosa (Editorial Almuzara, 2014).
Juan Bullón
Mis perfiles:
Soy de perfil izquierdo.
Soy de perfil musical.
Soy de perfil audiovisual.
Soy de perfil literario.
Soy de perfil Ciclista.

Tengo ansias por quitar las barreras de mi mente, dar alas a lo que quiero, creo y amo. No quiero escribir por escribir, quiero hacerlo bien, muy bien ¡genial! Soy narradora oral, una apasionada de la lectura; me pongo nostálgica ante un libro que huele a recuerdos de infancia. Grito a los cuatro vientos que estoy enamorada de los libros, de sus páginas que te envuelven, transportan, atrapan y llevan a viajes insospechados. También soy mamá de dos hijos maravillosos (Emma y Theo): me han ayudado a ver la vida de otra manera, a disfrutar de los cuentos como nunca y a potenciar, aún más si cabe, mi pasión por ellos. Adoro contar cuentos, una y mil veces, ya sea en una librería, en una plaza o en las aceras de las calles de una tarde de verano. Soy autora del álbum ilustrado Tito, mi gran amigo.


Ávido lector de novela, poesía y ensayo. Un día alguien me regaló un cuaderno Moleskine y me vi en la necesidad de sacarle partido. Llevo dos años escribiendo un blog. Ahora me he propuesto escribir una novela, y tras el vértigo de acercarse a algo nuevo he decidido probar suerte en este taller.
Antonia Hierro
"Ha sido por mucho la alumna más comprometida y disciplinada que he tenido. Estuvo en todos y cada uno de los cursos del TEC, y en todos los casos demostró talento, creatividad y entusiasmo. Es una mujer ejemplar. Se puso en mis manos para familiarizarse con la creación literaria narrativa empezando desde cero y, un par de años después, terminó escribiendo una novela de más de 300 páginas. Todo un ejemplo de vocación. Es una gran lectora y combina su pasión por la narrativa con el ejercicio político, es ex Alcandeza de Tomares, empresaria y coautora del ensayo I ❤ The Welefare State. Los ciudadanos por encima de los mercados (Punto Rojo Libros, 2011)." Israel Pintor.

Mari Carmen Canela
Soñadora y buscadora de palabras ilusionada. Licenciada en Filología Hispánica.

Lector y cocinero impenitente. Escribo desde hace muchísimos años (¿muchísimos?: tampoco son tantos). Un folio en blanco es como una cazuela reluciente y abierta a cualquier genialidad, afecto o disparate. A ver qué pasa. Tengo pareja y dos hijos mayores, a los que cuesta mucho trabajo echar el lazo. Perderme por carreteras comarcales es una pasión a la que no pienso renunciar. Para mí, un ser humano carente de sentido del humor es un acto fallido de la naturaleza. La novela negra un regalo de la inteligencia.


Lola Blumen
Estoy en plena fase creativa, escribo relatos sobre detectives para adolescentes y niños. He estado muy relacionada con la literatura... por amistades, aficiones personales y porque tuve un novio alemán que estudió literatura comparada de España y Latinoamérica... y ¿quién le corregía? ¡Exacto! Su novia. Soy una devoradora de literatura negra pero además adoro a Cortázar. Como estudiante de Sociología y especializada en Psicología Social he leído a Capote, novela policíaca, nórdica etc. 

María
En Brasil me llaman Duda, en España María. A veces Dudo que soy María, a veces me Mareo por muchas Dudas. No sé definirme y tampoco quiero limitarme. Soy lo que soy porque quiero (o porque tengo que ser). Soy un poco menos de mí y un poco más de casa viajero que pasa por mi vida. Viajo porque busco. No sé qué busco porque todavía no encontré, pero no me importa porque el camino ya está valiendo la pena. Con muchas penas, de muchos pájaros, sigo volando. Un día encontraré mi árbol.

Aunque siempre quise ser científica y me encanta mi trabajo de profesora en la Universidad, a veces siento que deambulo por entre los matorrales salvajes de una vida insípida. Y me pregunto si tendría que haber seguido aquel consejo que un día taché de tontería. Si tendría que haber imaginado el tiempo sólo como oportunidad de crecer, de vivir, de escribir... sin perder los minutos tristemente como muchas veces hago dedicando mis horas a tareas que no me llenan. Durante estos últimos quince años vagué por vidas que en realidad no me pertenececían, me hastiaban, me aburrían, me producían soñolencia y casi nunca me detuve a leer mis viejos papeles, guardados en improvisadas carpetas y repletos de palabras irreparables. Los olvidé por años, los condené al ostracismo como si estuvieran malditos ó simplemente no valieran nada. 
Siempre pensé que tanta juventud escrita en trozos de papel algún día podría estallarme en las manos. Que podría echar tanto de menos una sonrisa, un gesto, una voz...Y era cierto... Pero era más cierto que mi vida, la verdadera esencia de mi vida, estaba allí, entre mis escritos. Implícita, escondida, agazapada... Y que escribir significaba más que un mero ejercicio y una forma de dejar plasmadas mis vivencias. Era una necesidad. Y aunque me empeñe en encaminar mi vida por otros derroteros, siempre vuelvo inexorablemente al mismo sitio: delante de una página en blanco para llenarla de frases...

Javi Rubio
Yo podría cantarte poemas de cumplido que rimaran con palabras hermosas de tu propio recuerdo; pero yo no vine a decirte que soy el que más sabe sino el que más quisiera saberte. Locura apetecida, que al ver en su misma cara la punta que se prepara para herirla, satisfecha, va y le coloca la fecha al arco que la dispara. Yo vengo a prestarte una voz que no es mía, yo prefiero tu cercanía, y aunque vas por donde solías, tan yente como viniente, diosa dormida navegando por su sueño, despreocupada, sin dueño, sigues siendo el sueño que alienta vida. Y si vengo a conocerte es porque siempre habrá un niño esperándote a la puerta, así que más te vale estar despierta, porque viene convencido que la luz que le brilla se originó en la ternura de tu íntimo abrazo. 
Nota inspirada en un texto de García Barbeito.


Una vez me preguntaron: ¿Para qué escribes?
Esto fue lo que me salió:
La primera vez que escribí algo fue para leer una opinión que yo misma buscaba y no había encontrado, con el convencimiento de que no era la única que buscaba respuestas reales y no utópicas.
Escribo porque siento la necesidad de expresarme.
Cuando escribo soy lo que quiero ser, no lo que los demás esperan que sea. Me autoafirmo.
Escribo para ordenar mis ideas y controlarlas, no soltar cualquier cosa delante de cualquiera.
Los que me leen es porque quieren hacerlo. Lo escrito sirve como filtro para que no todo el mundo tenga acceso a mí.
Escribo para vaciarme de malos rollos y empezar de nuevo. En definitiva, para reinventare.
Escribo para ampliar mi vocabulario y así ser mejor lectora y saber valorar, en su justa medida, a otros escritores.
Escribo porque si no lo hago sufro.
Escribo para quejarme menos.
Escribo para encauzar toda mi energía y convertirla en algo positivo.
Escribo para dar ejemplo a mis hijos. Quiero que sean creativos y también que entiendan que su madre tiene un espacio personal inundado de palabras, donde todo es posible.
Escribo con la esperanza de saber comunicarme verbalmente algún día, de decir lo que quiero decir y no dejarme arrastrar como una ola más en el mar.
Escribo para que no me interrumpan.
Escribo para no ser una amargada que no distingue un día de otro.
Escribo porque no hay nada que más me guste que me cuenten historias y contarlas yo.
Escribo con la esperanza de hacer un cuento y que mi hija lo ilustre.
Escribo para decir cosas hermosas sin que me dé vergüenza.
Escribo para sacudir todo el embrutecimiento que tengo adherido en mi cabeza después de tantos años viviendo como un vegetal, que se limita a cumplir un único rol, el de madre, y a ver telebasura para no pensar.
Escribo para ser una persona activa, que opina, que inventa, que se relaciona con otra gente que tiene los mismos intereses.
Escribo para ser, no para llegar. No me planteo hacer nada concreto, aunque sí me gustaría hacer cuentos infantiles, relatos y un guión para un cortometraje.
Escribo para aprender a vivir y vivo para escribir.
Siempre hay que luchar por lo que se desea y éste es mi principal deseo, escribir.
Para terminar, quisiera dar las gracias por la creación de una beca de este tipo para gente que como yo, por una vez en la vida, quieren vivir por encima de sus posibilidades.

Sete
Me llaman Sete. Me gusta escribir cartas y me apasiona la poesía. En mi cabeza hay continuos diálogos de historias incompletas, mi corazón sufrido siempre va al descubierto atrayendo al Amor que encuentro en todas partes. Siempre merece la pena apostar por la belleza y el placer.... No hay nada más. En mi mundo, sólo faltas tú.

—¿Y de verdad tú crees que, después de tres años de dedicarme a mi realización maternal en exclusiva, de no tener más metas en el día que la de que las herederas coman lo que deban, jueguen lo que necesiten, reciban todo el amor/ estimulación/ educación/ cuidados/ bonus extra de apego que merecen para que duerman del tirón toda la noche (y que a la vista está que no he conseguido porque las muy p…izpiretas ponen a prueba la resistencia física de su madre cada noche al caer el sol)… piensas que seré capaz de dar a luz algo que le interese a alguien que no sea de mi familia y/o no pertenezca a mi círculo más próximo?— le pregunté a Claudia mientras daba la vuelta a las doradas que tenía en el horno con una mano, hacía señas al repartidor del súper para disculparme por vivir en un quinto sin ascensor y dormía a mi pequeña cachalote de quince kilos con el brazo que tenía libre.
Claudia siempre me animó a escribir y a no guardármelo para mí sola. Y a ella le debo el haberme permitido imaginar que podría ser posible barajar la posibilidad de que en algún momento, quizá pueda dedicarme a hacer lo que siempre he querido: escribir. Y no me refiero a escribir la lista de la compra, ni los post it de amor a mi querido para que se vaya contento y enamorado al trabajo y no se fije (demasiado) en que mi cuerpo, antaño objeto de los más oscuros deseos de albañiles y jubilados, ya no es el que era. Digo escribir y ser leída. Digo escribir y que, cuando le pregunten en el colegio a mis niñas cuál es la profesión de su mamá, ellas puedan decir: escritora. Digo escribir y hacerlo bien.
Claudia me miró con esa mirada de Candy Candy que sólo ella (y la verdadera Candy Candy, claro está) sabe poner y que te hacen amar al prójimo como a ti mismo y hasta que la muerte os separe. Cogió de mis brazos a mi última creación familiar, la acostó en su cuna y volvió para despedir al repartidor con una sonrisa y diez euros por las molestias. Apagó el horno y, de la mano, me guió hacia mi anciano ordenador. Me sirvió un café, me encendió un cigarro y con un beso en la frente, me dijo: 
— Yo sí, ¿y tú?— dijo. Y así empezó todo.



Suenan cuernos de guerra en la lejanía, una voz susurra su nombre... ya llega. Ha pasado por muchas vidas, muchos cielos, muchos infiernos, y los que están por llegar; ya nada importa, ya no hay cadenas que le apresen, ya ha visto más que suficiente, ya no va a perder tiempo. Es hora de avanzar, de preparar la espada y el espíritu; ni mil ejércitos podrán doblegarle, ni palabras, ni mentiras, ya no hay sitio sino para su objetivo. Y gritará al viento y con las lunas mirándole fijamente ganará su libertad a cualquier precio, y todos escucharán lo que tiene que decir en esta vida y no en otra. La sombra del diablo, le llaman algunos, la luz del sol, otros; al final todo depende de cómo quieras verlo, pero lo que sí está claro, es que él está aquí... y se esforzará por conseguirlo. La noche es nuestra y está en nuestros corazones, hasta que las estrellas se apaguen”.


Son pocos los momentos de paz auténtica, de equilibrio. Buscamos, entre el ruido y los excesos una diminuta luz que alumbre nuestro camino, golpe a golpe, quizás hacia el Sur, donde hoy ya nadie mira. Nos dejamos de lado en rutinas cotidianas y encontramos, por qué no, la belleza en ellas también, pero falta algo. Siempre falta algo. Estamos ausentes, y yo, estoy cansado.

Una vez creí ser Aragorn, hijo de Arathorn, cuando en realidad era Sancho, compañero de un hidalgo soñador de triste figura. Andando por los campos de Castilla, miré mis manos, miré mis pies, y me di cuenta de que no andaba, empezaba a volar, me alargaba y me transformaba en algo blanco, una especie de muñeco de peluche alargado, achuchable, y sabía que mi nombre era Fujur. Así que empecé a subir, empecé a elevarme, empecé a mirar hacia abajo y a verlo todo cada vez más pequeño, subí las diferentes capas de la Tierra, hasta llegar a un punto en que me empecé a acojonar, el vuelo cada vez era más lento, perdía mis capacidades motoras, me miré hacia abajo, y a lo que antes era un cuerpo blanco, alargado, un peluche gigante volador, le empezaba a salir manos y piernas, y una gran panza. Oh dios mío, no era ya un ser fantástico volador, sino un caradura indomable, me sabía de nuevo hasta mi nombre, era Ignatius J. Reilly, y empezaba a caer en picado, mientras me preguntaba qué demonios estaba haciendo en esas alturas si justamente a esa hora (eran sobre las ocho de la tarde) debería estar despertándose de la siesta, después de un duro día de descanso. Caía y caía, oteaba el fin de mis días, pasaban las capas de la Tierra, me iba haciendo a la idea de que iba a tener un final infeliz, cuando lo que se iba apareciendo ante mis ojos era un campo en llamas, varios carros de combate frente a frente, antes de llegar al suelo alguien me tira una espada, me miro de nuevo las manos y los pies y soy un hombre atlético, capaz de amortiguar el golpe con el suelo. Si, soy Alatriste, estoy en los tercios de Flandes, esto es una batalla, ¿pero qué hago aquí? Esquivo a uno que quiere clavarme su afilado cuchillo por la espalda, me giro y resulta que soy un experto espadachín, me dirijo a ensartarle mi espada en su estómago, y cuando estoy a un milímetro de su cuerpo mi espada ya no es una espada, es una pluma, mi oponente no es un hombre, es un folio en blanco, el escenario no es ningún campo de batalla, es un despacho, una mesa, una luz tenue, una ventana al fondo. Y resulta que no soy Alatriste, mi aspecto es totalmente de Paul Auster. Y al final, escribo sobre mí.


Raimundo Lion
Escribir es leerse a uno mismo. Escribir es la oración del descreído. La manera que queda al apóstata de tener su rato trascendente. Leer a otro en silencio es la mayor intimidad que se puede tener con él. Aspirar a que otros lean lo que uno ha escrito es un pecado de niño. Leer a los demás lo que otro ha escrito es hacer profesión de mamporrero. Leer a los demás lo que uno mismo ha escrito es impudicia; y si nadie lo ha pedido, una agresión que debería incluirse en el Código Penal. Sólo en el cónclave de un curso de escritura entendería que se permitieran estas cosas.

Me llamo Elisa, tengo 26 años y me dedico al mundo de los Recursos Humanos. Hace poco más de un año comencé a escribir un blog, y como la mayoría de las cosas especiales de la vida, lo empecé por razones y lo continúo por motivaciones. Me explico, las razones de la creación del blog, eran: hablar sobre los Recursos Humanos, estar en la red, tener visibilidad y, en definitiva, crearme un perfil 2.0, tan importante en este mundillo. Aunque estas razones son reales y aún siguen latentes, no son las que me hacen escribir cada día, no son las que me dan el placer de la hoja en blanco, el gusto por la palabra y por la prosa, la sensación única de acabar un post o de recibir un comentario de ánimo. La motivación que me hace seguir escribiendo es tan simple como rotunda: he descubierto que me encanta escribir, eso sí, me queda mucho por mejorar y aprender, donde mejor que en este taller...

Curso tipo de narradores, dic. 2013 
De izquierda a derecha: Israel Pintor, Nicolás de Haro, Antonia Hierro que sostiene a Rafael García desde Toledo a través de Skype y María Teresa Salcedo Aizcorbes.
E. de la Huerta
Nació en Sumeria (Mesopotamia), al mismo tiempo que la escritura cuneiforme. Su primer verso dice así:
<^ >≥≤¬< >≥^≤¬
Su dieta rica en fibra y vitaminas le ha permitido vivir más de 5000 años, y ahí sigue. Fue amigo de Matusalén. Su nombre aparece en el Código de Hammurabi, en la piedra Roseta, y se cree que el símbolo egipcio de un apio —incluido en algunos jeroglíficos— hace referencia a él.
Envidia del dios Marte, participó en las Guerras Púnicas, en la Primera Cruzada, en la Batalla de Lepanto, en las Campañas Napoleónicas, en Vietnam, y en las Reuniones de su Comunidad de Vecinos. También guerreó contra el Turco, luchó con el Vikingo, y se peleó con un argentino.
Arcabucero, mujeriego, espadachín, calzonazos…, es diplomático de carrera, capitán de fragata, y amigo de sus amigos (¿qué demonios querrá decir esta expresión?, ¿de quién iba a ser amigo si no?).
Su lenguaje ha ido evolucionando. Si en torno al 1200 d.C. manifestaba: “¡Ya Mio Cid en buena hora cinxiesteis vos el espada!”, últimamente se le ha oído proferir: (A ritmo de chotis) “Anda y que te ondulen con la per-ma-nén”, o también: “chungo cubata” (aunque ambas expresiones —Dios sea loado— también se encuentran ya en desuso).
Es aficionado a la lírica pastoril, los cuentos góticos de terror, y las novelitas rosas.

Mara de Jesús 
Guardo en un cajón páginas escritas. Una vez leí que las letras encerradas acaban gritando mendigando libertad y hasta hace unos años no las escuché.
Existen mensajes en cada rincón de este espacio que ocupamos, y el ruido, el poco tiempo, o la pereza nos hacen sordos que se mueven por inercia.
Si eres capaz de coger un pincel creyendo que puedes pintar un paisaje, crearás el mejor paisaje, si eres capaz de plasmar en un papel lo que tus voces calladas dicen, las dejarás volar algún día, siempre dedicándole su tiempo merecido. Ya era hora que le dedicara ese tiempo, conocerlas mejor, descubrir nuevas formas de expresión, corregir erratas, compartinedo un espacio de participación conjunta, esta es la hora.
Más que nada soy el interruptus a una pregunta sostenida. En el tiempo. Dicen que el tiempo no existe, no como concepto, sino como realidad. Párate a escuchar. Párate a mirar. Escucho. Miro. Me interrumpo en mi propia terquedad. Y eso que soy arbórea, y que a veces se me va el corazón a la mirada, y me voy ramificando como caminos que no tienen un solo lugar de paso. Me disciplino casi en cada rama, afrutando el sabor que me deja el quehacer.
Trato de atender a la tierra y al deseo. Miro la tierra esperando que se embellezca y se ilumine como el cielo, con su tránsito nuboso, con su péndulo en que se cuela la luz y se hace y se deshace. Siempre me acompañó esa parte soñadora. Érase una vez un sueño en que Soleil sabía del amor a cada momento en que no se interrumpía. Así encontraba respuestas.
Me acabo de enterar hace muy poquito, que lo único importante de esta vida, es no tomársela en serio, y conocer gente, y lugares, y sentir que los días son cajitas sorpresas, y que si, antes de abrirlas las vistes con una sonrisa, seguro que alguna ley kármica te devolverá ese grato gesto. Y escribo porque lo hice desde siempre, y porque cuando escribo, siento lo mismo que cuando me abandono a una ducha tibia un día de invierno, o cuando disfruto el primer trago de cerveza bajo los 40 grados sevillanos, o cuando encuentro un texto que me dice, exactamente, lo que yo quería escuchar.
Nacida, enraizada y criada haciendo el pino puente sobre las dos Andalucías; aunque, por una de esas gracias que tiene la genética, nadie se lo crea a primera vista (“Perdona, chica, ¿hablas español?”). Orgullosa en conjunto pero un poco de ninguna parte (mi carácter de nubes y claros tampoco ayuda), aterricé en Sevilla para empezar, y puede que algún día terminar, mi formación como Matasanos (¡66% y subiendo!). De esa generación que conoce el muro de Berlín de oídas o que nunca ha visto la Bola de Cristal, pero que se permite el capricho de sentir un sucedáneo de nostalgia por un par de eras que no ha vivido. Melómana de andar por casa y con una temprana afición literaria fácilmente inflamable y más fácilmente aún frustrada. Alguien que no era mi abuela me dijo una vez que tenía “chispa” con las palabras, y no hizo falta mucho más para que me lo creyera; lo que sí hubiera sido útil habrían sido un par de golpes de fusta para sacarle provecho a la combustión espontánea (unas botas ignífugas no sirven de NADA si uno no se acerca siquiera al camino de ascuas). Siendo como soy subcampeona regional de Procrastinación Sub 25, debería sentirme satisfecha por ponerme cada vez mejores y más convincentes excusas, pero desde no hace mucho vengo notando que el tiempo se me está yendo por el desagüe de pura inercia vital, y me preocupa HORRORES no empezar siquiera tantas cosas que tenía ingenuamente pensadas, diligentemente planeadas y exquisitamente pospuestas una y otra vez.
Y por eso estoy aquí, para buscar algo que dejé hace tiempo en el horno y vaya usted a saber en qué estado de carbonización se encuentra ahora. Mantengo la esperanza de que siga razonablemente íntegro, o al menos, sea algo que me vea capaz de incorporar. Porque soy mucho más azul de Prusia y verde aguamarina que negro tizón y gris ceniza (aunque eso, mes amis, me ha costado entenderlo media vida).


Volveré con la cara sucia y el pelo enredado a sus ganas. Regresaré preguntándome si en las caracolas que habitan los mares del sur suenan los mismos quejíos cuando anochece; si el dolor y la dicha de cuantos habitamos este planeta se parecen entre sí.
Seguirán desfilando diciembres por las caras de los niños con churretes de espanto y caramelos inventados.
Mientras, el frío arrecia y busco el olor de la hierba para reconocerme en estos días ásperos y solemnes.
Nunca se me dio bien seguir la estela del ruido y las nueces, ni anclar los pies en la misma tierra o diseñar sonrisas de plástico entre luces y poses intermitentes.
Seguiré eligiendo el temblor de los remos compartidos, la caricia transparente de quienes llegan y se me instalan en las manos, en la complicidad del grito y el amor del medio día.
Seguiré buscando diciembres sin ausencias de cristal ni cuentos con finales previsibles.
Es hora de doblar las metáforas y continuar haciendo equipajes.
Eso sí, se me podrá encontrar siempre en las horas violeta de los charcos deshabitados.
Abogada en ejercicio durante más de diez años, especializada en la Empresa. Asesora Jurídica del S.A.C.U. (Servicio de Asistencia a la Comunidad Universitaria).
Emprendedora y Empresaria. Creadora y fundadora de Zenfloat, S.L., Centro de Flotación y Terapias Naturales.
Obtuvo el Premio Mujer Emprendedora en 2012 por la Cámara de Comercio, el Premio a la Innovación por la Junta de Andalucía en 2005 y fue participante finalista del Programa 50k del Instituto Internacional San Telmo para el desarrollo económico y empresarial 2005.
Es coach personal y empresarial desde el año 2002.
Estudió Física cuántica aplicada al crecimiento personal. Es formadora de emprendedores en instituciones privadas y en colaboración con proyectos de la Junta de Andalucía.
Es creadora del Método Renasant para el desarrollo del emprendedor consciente. Realiza consultas personales y de emprendodores a nivel particular.
También es instructora de técnicas de meditación y relajación y practicante de diversas técnicas aprendidas en distintas partes del mundo con maestros internacionales: Reiki, Terapia de Regresión, Ayurveda, Medicina china, Chi-Kung, Feng Shui, Emorional Freedom Therapy, Constelaciones Familiares, Control Mental, Sanación del Árbol Genealógico y Psicomagia, entre otras. Es terapeura sanadora.
Escritora y pintora. Cree que es posible Ater Tumi: El Cielo en la Tierra. Es madre de dos hijos con los que formó un equipo en constante crecimiento.
Rodolfo Garrotín
Me encantaría escribir una buena obra de teatro. Sin embargo, o me falta talento o me falta imaginación (a lo mejor me faltan las dos cosas) así que espero que el curso me despeje las dudas y contribuya a convencerme de que, decididamente, es imposible. Las artes nunca fueron lo mío. Puede que tenga algunas ideas pero se evaporan muy rápido. Soy terriblemente voluble. Conservo la esperanza de encontrar algo que no me aburra casi al instante. ¿Y si fuera la escritura?
Luz Porfín
 Sevillana, madre, abogada. Tres palabras que definen totalmente mi personalidad. Con independencia del lugar de nacimiento, que no elegí, pero que adoro, ser madre y abogada son las dos circunstancias que ocupan y llenan mi vida, ambas vocacionales. Los libros han sido para mí un referente constante (soy lectora y soñadora) y en ellos y con ellos he avanzado todas mis etapas de vida, he cubierto no pocas expectativas, he mirado a través de otros ojos y aprendido a ver las cosas de otro modo.
La vida me ha regalado el don de la sensibilidad, esa facultad de derrumbar muros y resistencias, de entrar sigilosamente en lo infranqueable, de bailar con la alegría y con el dolor a corazón abierto, de bucear en un mundo de colores inimaginados, de retar los bordes de esta dimensión, de hacer cierta la incertidumbre e incierta la certidumbre…
Buscador incansable, creativo, amoroso, intuitivo, abierto, entregado, pasional, niño vital y lleno de energía.
Tenaz y testarudo (como decía mi abuelo: “Deja al niño, que es cabezón pa lo bueno y pa lo malo”). Perezoso en la más íntima privacidad… Generoso, libre y vulnerable… + info ; )
Soy soñadora y tengo tendencia a la melancolía. Cuando estoy en un pozo veo en palabras la luz, por eso escribo cuanto pasa por mi pensamiento, sin dudar en ningún momento que hago mal a nadie; al revés: sé que sirve para que aquel que le suceda algo parecido se identifique conmigo. De igual forma, cuando algo me hace feliz, lo trasmito como si subrrayara cada palabra bonita que se me ocurra, para contentar a los demás con la fantasía.
Rafael García Díaz
Ingeniero de profesión, pero amante siempre de la literatura, la cual a veces parece enemistada con la "vida práctica", pero que por el contrario siempre me ha resultado estimulante, tanto en la llamada vida práctica, como en cualquier otra. Me gusta la literatura desde que la descubrí en el bachillerato, y desde entonces no he dejado de frecuentarla. Participé en la elaboración de una revista literaria durante mis estudios de ingeniería. Actualmente estoy cursando los estudios de Lengua y Literatura Españolas por la Universidad a Distancia.
Ratona. Sí, pero de esas que tienen pelito algodonado, suaves, que husmean de acá para allá. De esas, algo revoltosas, que entran ganas de acoger entre tus manos, de dejarlas recorrer tu brazo para que te cosquilleen sus pasitos, y de las que se deleitan con un rico queso, con el hociquillo en plena euforia nada más ver el sabroso manjar.
De ese tipo de ratonas espero ser porque, de no serlo, no me agradaría que mi padre me hubiera llamado así las últimas 38 primaveras de mi vida. Van a hacer dos que ya nadie me llama así, pero lo sigo recordando hasta el punto de ser la primera palabra de mi perfil. Quiero creer que fue la mezcla de mi adicción al queso, mi placer por las pequeñas cosas y mi afición a la lectura (a ratos en peligro de extinción) lo que motivó este apodo cariñoso.
¿Dije queso? ¡Mmmmmm! Me encanta el queso, de todo tipo, salvo los extremos, es decir, ni los extremadamente cremosos, casi insípidos, donde el sabor a queso se perdió, ni los picantes, cuyo olor roza lo insoportable. Y donde puse “queso” puedes poner “vida”.
Álvaro Díaz Del Real López
Nacido en Sevilla en el año de 1983, natural del Aljarafe, Licenciado en Economía, me encanta la literatura, sobre todo aquella con matices históricos. Me estimula leer sobre personajes, períodos y hechos conocidos, ya que me ayuda a dibujar en mi mente aquello que es narrado.
Mi motivación por la escritura comienza en la fase de redacción y desarrollo de la tesis final de carrera, en donde empiezo a degustar un especial placer por el acto de escribir. Sin embargo, fue hace un año cuando, a raíz del desarrollo de una de mis pasiones; la música, comienzo a tomarme más en serio y profundizo sobre la escritura y el proceso creativo de contar historias, en especial a través de canciones.
(Sevilla, 1983) Estudiante de Comunicación Audiovisual, mis grandes pasiones son la música y el cine. He grabado algunos cortometrajes como guionista y director, y colaborado en proyectos audiovisuales realizando varias funciones. Hace unos meses me interesé por la escritura narrativa como medio para desarrollar las historias que no podía contar a través del cine.
Lucía, la luz que ilumina, dicen... y eso trato de ofrecer, luz, con una sonrisa y amor, aunque a veces creo que sólo doy oscuridad...
Con una imaginación incesante y una actitud muy positiva, espero que la escritura me sirva para poder compartir mi mundo interior contigo, contigo y por qué no, contigo también.

Antonia María Carrascal
Diplomada en Ciencias de la Educación por la Universidad de Sevilla, imparte clases de Lengua y Literatura española en un instituto local. En la rama poética ha sido galardonada con el premio Barro de Sevilla por su libro El latir de la piedra, publicado en la colección Vasija en 1991, y el accésit al premio Ricardo Molina por su libro Y ellos nacieron un poema cada día con el que fueron poniendo alas a la tierra, publicado por el Ayuntamiento de Córdoba.
Es autora de la novela Rumbo a Gaia, publicada por la editorial Edimáter en la colección La Vía Láctea, en marzo de 2010. Su relato “El girasol solitario” fue publicado por el extinto Diario sur Oeste de Sevilla, tras recibir el primer galardón en certamen literario.
Forma parte de las antologías: La poesía sevillana de los años setenta (aproximación y análisis), un ensayo de Manuel Jurado López, editado por la colección Vasija en 1980; El dos de pecho. Antología (Cien años de sujetador), de Emilio Durán, editado por El carro de la nieve en 1989; y Antología primera (1978-1993), editada por Grupo Barro en 1993.
Sus poemas han sido publicados en periódicos, revistas literarias y otros medios de difusión o han sido objeto de estudio en Seminarios Literarios de diferentes centros docentes. También ha participado en recitales poéticos, en Ferias del Libro y Centros o Asociaciones públicas, y ha sido finalista de múltiples certámenes literarios tanto nacionales como internacionales.
Antonia María Carrascal es miembro del colectivo de socios del Ateneo de Sevilla; del Centro Andaluz de las Letras (C.A.L.) en el cual forma parte del Circuito Literario en modalidad de poesía y narrativa, y del Circuito Infantil y Juvenil en las mismas modalidades; de la Asociación Colegial de Escritores de España (A.C.E.) y de la Asociación Andaluza de Escritores y Críticos Literarios “Críticos del Sur” (A.A.E.C.)
Me gusta sentirme creadora, jugar con las palabras y hacerlas partícipe de ideas y sueños, de cuentos. Historias, las mías, que quiero compartir con los más pequeños. Me gusta sentirme animadora, capaz de provocar sonrisas y entusiasmo por conocer. Espero poder provocar ganas de leer y de escribir a los que aún se encuentran en el País de Nunca Jamás.
Mi nombre es Jordi. Aunque ni siquiera el nombre nos pertenece, en tal caso es el nombre que me pusieron mis padres; a su antojo, gusto y elección. De ahí que me pregunte... ¿Es realmente la vida algo nuestro? Fuimos concebidos por y para el placer de nuestros padres. Ellos nos querían, nosotros todavía no los queríamos a ellos. Quizás por eso se dice que no hay amor más grande que el de un padre por su hijo. Te quieren aún sin conocerte, es fascinante. ¿Cómo se puede querer a algo que todavia no se conoce? Pregunten a cualquier padre. Yo sé muy poco sobre la vida pues hay pocas cosas verdaderamente ciertas en el mundo. Imaginen un equilibrio entre nada y nada, eso creo ser yo. De todas formas les diré que (ahora) me gusta escribir: es extremadamente placentero. Les ofrezco mi más sincera cordialidad y afecto, compañeras y compañeros de viaje. Espero que disfrutemos todos juntos de algo hermoso.
Rocío Delgado Rodríguez
Soy Rocío, sevillana de 31 años. Soy simplemente yo: una mujer con defectos y virtudes como cualquier ser humano existente en la Tierra. Una mujer dispuesta a mejorar y progresar ante cada prueba que le pone la vida. Para ser feliz no hay reglas; la felicidad no elige, no pone etiquetas, no se niega a las personas que puedan tener más obstáculos o barreras físicas, inclusive psíquicas. Cualquiera puede ser feliz. Esto es lo único importante y de lo que nos olvidamos siempre.
Escribir es como un viaje a mi interior, un descubrimiento, un conocimiento de esa niña interior que llevo dentro. Es la forma de comunicarme con la Vida, con la Naturaleza y en definitiva con Dios. Mis sensaciones experimentadas con los cinco sentidos, se refugian todas en el tacto, y empiezan a salir a través del movimiento de una pluma y la expresión en un papel.
Marisol Herrera 
Un perfil es una línea, un contorno. Acaso la luz del sol brillando un instante tras la silueta del mar. Mar y Sol. Mi nombre. Siempre he vivido cerca del mar. No sé si su rumor incita a jugar con las palabras, o sólo es el viento que las desordena. Persigo lo que en ellas brilla y lo que oscurecen. Para salirme de mi nombre escribo.
Olga Martín
Ferviente defensora de la igualdad entre hombres y mujeres. Con fuertes ideas de izquierda. De imaginación inagotable. Descubro el fascinante y morboso mundo de la literatura erótica y me lanzo en caída libre en la escritura de este tipo de relatos. La mayoría de la gente se queda expectante ante esa faceta casi oculta que tengo. Nunca me he considerado un ser normal que se mueve al son de la mayoría. Yo soy yo, distinta, ansiosa por idear, conocer, descubrir, con una mente perversa, inquieta e inconformista.
Sevillano, de 35 años y, como much@s de los que estáis leyendo esto, radicalmente influido por el paso del tiempo. Informático de profesión y actor de afición (miembro de la compañía de teatro amateur D'Strangis Teatro). 
Desea retomar con este curso una de las actividades que mejores momentos le ha proporcionado, la escritura y, a través de ella, la reconciliación definitiva de lo que fue con lo que es y lo que pretende llegar a ser.
Tengo 45 años, calculo que eso es estar a mitad de camino.
Vivo en un paraíso, una casa de campo rodeada de árboles y jardines, con piscina. Lo mejor de mi vida es mi hijo Nacho.
Con él paso los momentos más felices.
Entre mis aficiones: pintar y escribir. Para mejorar el estilo de escritura me he matriculado en el curso intensivo de verano del taller. Animo a todos los que tengan afición por la escritura a que se matriculen y aprendan tanto como yo.
Grupo de la librería El gusanito lector
Fotografía hecha en el descanso de una clase. Me animo a compartirla, debido a que la mayoría de compañeros de este grupo se olvidaron de mandar perfil con foto para la sección autores (excepto Antonio, de quien aquí abajo podemos conocer más).
Madrileño, explorador incesante. Me encanta descubrir mundos nuevos. Navego constantemente en el universo que hay dentro de mi mente, entre ideas que dan vueltas sin parar y parecen tener vida propia, empeñarse en no dejarse atrapar nunca por la pluma. Pluma es otra palabra que me define, jajaja. Soy Géminis: la constancia tampoco es uno de mis fuertes (algo perfecto para alguien que quiere escribir novelas). Me gustan las cosas divertidas, positivas y frescas e intento que así sea mi escritura.
Serramón
Pues nací en La Mancha en 1976 y en Sevilla en 2002. Me gusta contar historias en el escenario, en la calle, en reuniones y en el papel. Me gustan muchas cosas y me desagradan otras tantas. Y, como puedes ver, mi perfil bueno es el izquierdo.
Nació en Priego de Córdoba en 1980, hijo de la aceituna, el pan y el hogar se diploma en Educación Infantil en Granada y consigue su Licenciatura en Comunicación Audiovisual en la Facultad de Comunicación de Sevilla en 2004. Actualmente vincula su vida al mundo de la educación en Sevilla y tizna de colores la vida que le rodea con textos exprimidos por sus cinco sentidos.
Cachanilla de nacimiento y nacionalidad Mexicana. Crecí en la dualidad, entre las fronteras de un gran desierto.
De profesion Ingeniera Mecánica, viviendo entre números, mecanimos y resistencia de materiales.
Pero como siempre, dual, inicio un viaje hacia la otra orilla. Desde el pacifico al atlantico y hasta las letras.
Norteña de corazon.

(1991, Sevilla). Rubia. Ojos azules. Poco sociable. Demasiada imaginación. Despistada. De risa fácil. Devoradora sin piedad de libros. La palabra que mejor me define es mi nombre.

Cecilia Parra
Sevillana de nacimiento (1977), salpicada con gotas del Ebro y del Guadalquivir -reminiscencias de sus antepasados-.
Creadora de multitud de cuentos desde la infancia, así como poesías y "cuasi-novelas", todas inacabadas y abocadas a la basura. Se enfrenta a su posible creatividad en la Escuela de Artes Aplicadas, formó parte de una compañía de Teatro en su ciudad natal, consiguió el título de cámara-reportera. Tira la toalla creativa para convertirse en Asesora Laboral (trabajo que realiza en la actualidad), hasta que en octubre de 2010 un cartel colgado en la puerta de un bar le hace evocar aquellos años de fantasía y la arrastra a inmiscuirse en ese proyecto de aprendizaje literario. Esperanzada en que dentro de unos meses sea capaz de poder escribir tres frases sin que le parezcan un bodrio.
Adriana Ferrucho
Mujer. Colombiana (Bogotana). Modelo 83, piensa que llegó muy tarde para ser parte de la generación revolucionaria y muy temprano a la de meimportaunculismo. Sin embargo se dedica a hacer lo que ha decidido llamar "Arte para la revolución". Desertora de la facultad de Derecho, pero reincidente por el lado de los DDHH.
Licenciada en lengua castellana por accidente. Actriz y defensora de derechos humanos por convicción, pasión y rebeldía.
Feto de escritora por necesidad, gusto, resistencia y expresión. Hija, hermana, tía porque así lo quiso el universo y a ella le gusta, aprendió a amarlo. Amiga por naturaleza y decisión. Amante por convicción en el amor.
Carlos Sanchís
De la cosecha del 82, vive atrapado entre el método científico y la irracionalidad del ser. Ha viajado demasiado para alguien que se siente incomodo cuando sale de intramuros sevillanos, lugar natal. Lleva años dando bandazos y sospecha que así seguirá una buena temporada, aunque parece que poco a poco va encontrando su sitio.
Hermán Molín
Joven, siempre joven, como cantaba Bob Dylan. Así me siento yo, con 25 años ahora, desde que naciera en octubre de 1985 en la vieja Onuba (Huelva). Un soñador, siempre lo he sido, quizás por eso siempre me costó definirme, encasillarme, quedarme con lo definitivo.
Me considero un buscador, pero no por ello alguien que encuentre, quizás en esa búsqueda radique mi personalidad, mi destino. Conozco al miedo y he sentido en mis propias carnes la desesperanza y la oscuridad, lo cual agradezco profundamente porque no me interesa en absoluto. Al final todo siempre es para bien. Creo en el hombre, en su bondad, en su grandeza y en su capacidad para crear. Optimista, positivo, juerguista y amigo de mis amigos. Amante de la buena música y de la naturaleza (no hace falta que explique cuál es la buena música porque quien la ama lo sabe). ¡Arriba los corazones!
Isabelle Olivia
Hija de inmigrante, crece en un pueblo del suroestre de Francia. como los ancianos del desierto, tiene el corazón nómada. Es de donde va. Estudia arquitectura, un poco para trabajar y mucho para saber. Es torpe con la mano pero artista con la mirada.
Haime con Hache
Nació siendo Jaime allá por el ochentaytantos en Jerez de la frontera. Tras varios años afincado en Madrid fue perdiendo la Jota poco a poco, cuya búsqueda lo empujó sin darse cuenta hasta la capital andaluza. Inconformista de nacimiento, ansioso por vocación e inmoral por principios. Feliz por ser consciente de sus propias contradicciones. Ex-luchador cansado de tantas causas perdidas y obsesionado por comprender el funcionamiento del mundo, a pesar de sus consecuencias.
Marianela Castilla
Onubense. De entre el Andévalo y la Sierra: donde el campo con encinas. Escorpio, del veintiocho de octubre. Observadora de interiores. Periodista de carrera (con labor en excedencia). Escritora de corazón (con labor de por vida). Actualmente disfruto de otras mieles profesionales, pero resulta imposible no volver, siempre, a las letras…

Valentin Tritschler
No se afana mucho, sin embargo, nace en 1987. Vive una infancia alegre durante los años noventa y luego pasa una juventud pequeñoburguésa de postmilenio. En 2007 empieza a estudiar filología en Berlin.
La incapacidad de expresar su lenguaje interior le incita a salir en busca de una voz que pueda llenar este vacío. Un día su camino le lleva a Sevilla donde vagabundea por las callejuelas buscando. En una de las puertas hay un cartel que dice
‚ Taller de la Escritura Creativa de Sevilla; es la primera puerta que no se cerrará de golpe. Entra, respira y cobra ánimos para sus próximos viajes.
No pasa mucho tiempo hasta que dobla la esquina una Voz fatigada: "Oye idiota, ¿por qué siempre te largas cuando te estoy llamando? Te he estado siguiendo todo el tiempo. A partir de ahora nunca te librararás de mi, cabrón..."
Inquieto. Nervioso. Inconformista. Tremendamente despistado. Post-adolescente. Inseguro. Desordenado. Enamorado de las artes. Nacido en Frankfurt am Main (1991) pero criado completamente en Sevilla, por lo tanto me siento español totalmente. Curioso como un gato. No paro hasta conseguir mis propósitos. Amo escribir, leer, interpretar, la aventura y viajar a lugares inexplorados para mi imaginación.


Jose Hernández
Me llamo José.... pero llamarme Jose.
Nací en Sevilla y me encanta mi ciudad... pero no soy el típico sevillano (ya sabéis, que flipa con la Semana Santa, que llega tarde y luego te echa el brazo por el hombro).
Me licencié en Psicología y Farmacia... pero me interesa mucho mas la literatura y el arte.
Tenía un padre y tengo una madre... pero mi abuela se llamaba Ana y mi abuelo era Antonio (¿lo pilláis?, seguro que sí) No me gustan las contradicciones...
pero la contradicción es inherente a estar vivo.
Nacida en Madrid en el 1977, crecida en Andalucía como ciudadana del mundo, curiosa a la par que impulsiva y revoltosa, hedonista, amante de las Bellas Artes y sociable por naturaleza. Científica Bioinformática de profesión. Actualmente descubriendo el placer de la escritura.